sábado, 14 de septiembre de 2013

Parra, la voz de los 99

"Yo no soy un buen cantor,/ pero tomo la guitarra/ pa'trinar por Nicanor,/ el más grande de los Parra,/ en este Dieciocho hermoso,/ cuando vuelan las cometas/ festejando al gran poeta/ en un acto primoroso./ ¡Huifa, rendija, señores¡/ no seamos tan glotones..."







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Inicio estas líneas -que bien podrían ser de un gran antipoeta- de esta manera: "Los cuatro poetas más grandes de Chile son tres: Neruda y Nicanor".

Me sumo, en esta hora de festejos dieciocheros, a los 99 años de Nicanor Parra, quien dijo alguna vez que para poder llegar bien a los 100 años había que cuidarse mucho a los 99.

Lamento no ser poeta titulado, pero a la hora de los festejos de nuestro longevo creador, me he permitido inventar las décimas que siguen:

"En Dieciocho celebremos/ al tremendo Nicanor,/ que llegó a noventa y nueve/ con esfuerzo y con dolor./ Mas nunca se amilanó/ y siempre tiró pa'rriba/ aunque casi lo derriba,/ pobrecito Nicanor,/ la muerte tan indiscreta/ de su hermanita Violeta. /

Yo no soy un buen cantor,/ pero tomo la guitarra/ pa'trinar por Nicanor,/ el más grande de los Parra,/ en este Dieciocho hermoso,/ cuando vuelan las cometas/ festejando al gran poeta/ en un acto primoroso./ ¡Huifa, rendija, señores¡/ no seamos tan glotones.

Ya vienen las elecciones/ y candidatos hay muchos / aunque no existen presiones/ se queman muchos cartuchos./ Unos miran a Derecha,/ otros miran a la Izquierda,/ pero el mejor candidato/ no es ni de allá ni de acá,/ es un sueño, un escritor/ y se llama Nicanor".

¡Tiquitiquití, viva la fiesta, chilenos! Y que Nicanor viva Parra siempre...

MENTESSANA

domingo, 8 de septiembre de 2013

Leer a Lear / Parar la oreja con Parra‏


Se me quedó en el tintero
la genial traducción de Parra
de King Lear de Shakespeare,
publicada por Ediciones 
Universidad Diego Portales
con el título: Lear, rey y mendigo.

Por su obra, particularmente
por esta traducción, lo nombraron
"Honorary Fellow" de la Universidad de Oxford.

Tiene pasajes notables
(y muy divertidos)
en medio del drama del Rey Lear,
como cuando el conde de Kent
le espeta a Oswald
un  insulto chillanejo:
"Mojón de peluquería".

Hay además una serie 
de otras expresiones únicas
en la diatriba de Kent a Oswald, como:

'Te daré una paliza hasta hacerte chillar
si te atreves a negar una sílaba de tu currículum.'

'Defiéndete bribón
O haré una carbonada con tus pantorrillas'.

'Mi Lord si me autoriza
Lo puedo reducir a papilla
Para estucar los muros del water...'

lunes, 2 de septiembre de 2013

EL JOVEN NICANOR PARRA

El joven Nicanor Parra, por Matías Rivas


por Matías Rivas

Publicado en La Tercera, 08 de abril de 2011
Cada vez que hablo con Nicanor Parra quedo impresionado por su curiosidad. No es común que una figura de su calibre intelectual (como el poeta más importante de la lengua española) continúe investigando y ampliando el radio de sus intereses. Lo típico es que cuando un artista acierta en la creación, se congele y petrifique para no arruinar lo que ha logrado. Parra, en cambio, pertenece a otra estirpe: es menos complaciente y más luminoso, más arriesgado que los poetas que se limitan a regar sus laureles.

Habiendo trabajado muy distintos registros para independizar a la poesía del lirismo empalagoso que heredamos de Neruda y sus seguidores, sus textos son esenciales, plausibles y directos, y esconden más de un gesto o de una emoción. En ellos se escuchan voces reconocibles. Parra atiende con sigilo al habla y anota, lee y selecciona; es decir, depura el lenguaje que compartimos para mostrarnos lo vivas que están las palabras y la energía natural de las frases que se sostienen en ellas. Con la misma lucidez y sagacidad ha resuelto las múltiples encrucijadas que presentan las traducciones que ha emprendido, como la de Rey Lear de Shakespeare. Aunque es considerado una cumbre del idioma, una autoridad reconocida por escritores como Roberto Bolaño, Ricardo Piglia y Harold Bloom, Parra no ha dejado de experimentar y amplificar el espacio determinado por el arte. Los halagos no detienen su pasión ni afectan sus indagaciones. Si su lucidez es a toda prueba, en parte se debe a que ha sabido cuidarse de las tentaciones comunes en los escritores. No da entrevistas, porque las preguntas -según él- lo interrumpen y desplazan sus pensamientos a otros horizontes. Sus opiniones, dichas en tonos diversos según su humor, siempre están matizadas por los escrúpulos. Parra observa la realidad considerando el principio de incertidumbre y las variables ocultas. De ahí su debilidad por la contradicción. Cree inconducente rechazar o aprobar las disyuntivas, ya que la baraja de la vida posee cartas muy disímiles que se deben jugar cada una en el momento pertinente.

Hace poco me contó que estaba coleccionando frases de niños que aún no hablan con la corrección gramatical que impone la cultura. Parra andaba tras esas expresiones no contaminadas por las ideas predigeridas. Tenía 400 frases que atesoraba en uno de sus infaltables cuadernos con los que se pasea por su casa que mira al mar. Me leyó varias en donde lo poético emanaba sin mediaciones, en donde la inocencia se volvía agudeza y profundidad.

Ayer lo llamé para contarle que va a salir en septiembre el segundo tomo de sus Obras completas y algo +. Me comentó que estaba metido en el Diccionario filosófico de Voltaire. "Era un gran columnista", agregó con ironía y complicidad. Parra sostiene que las columnas de opinión son un género literario al que hay que estar atento. Descree de las distinciones académicas entre ensayo y escritura periodística. La seriedad rimbombante le aburre tanto como la certeza de los catones y tontos graves. Prefiere las preguntas e incógnitas a las respuestas o aseveraciones categóricas. En Voltaire encontró pistas que venía siguiendo desde hace mucho con su memoria privilegiada. Y de él había saltado a los autosacramentales de Calderón de la Barca. En uno de ellos aparecía un tal Vivas, personaje de unos versos que su padre recitaba y que hasta hace poco eran un misterio para él.

Nicanor Parra es imprevisible y asombroso. A sus 96 años es el más joven de nuestros poetas, y por lejos el más sofisticado, pop y conmovedor.