viernes, 2 de agosto de 2013

LA PATRONA IDEAL




La señora Totó tampoco es la patrona ideal. 

A la Elena la enfermó de los nervios. 

Una esta haciendo una cosa y la manda a otra. 

A Raúl lo tenía encerando y lo mando a lavar unas cortinas.  

El maestro gásfiter estaba poniéndole un lavaplatos 

y lo mandó a hacer una cama. 

Por eso la gente no quiere trabajar con ella. 

Y tampoco le gusta pagar 


("La patrona ideal", Hojas de Parra, 
   Santiago, Editorial Ganymedes, 1985, p. 121). 


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