Este señor desvaído parece Una figura de un museo de cera; Mira a través de los visillos rotos: Qué vale más, ¿el oro o la belleza?, ¿Vale más el arroyo que se mueve O la chépica fija a la ribera? A lo lejos se oye una campana Que abre una herida más, o que la cierra: ¿Es más real el agua de la fuente O la muchacha que se mira en ella? No se sabe, la gente se lo pasa Construyendo castillos en la arena. ¿Es superior el vaso transparente A la mano del hombre que lo crea? Se respira una atmósfera cansada De ceniza, de humo, de tristeza: Lo que se vio una vez ya no se vuelve A ver igual, dicen las hojas secas. Hora del té, tostadas, margarina. Todo envuelto en una especie de niebla. |
martes, 30 de julio de 2013
PREGUNTAS A LA HORA DEL TÉ
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